La mayoría de los usuarios sienten cuando compran uno muñeca del sexo no sólo sobre la satisfacción sexual. Más bien, anhelan un compañero leal que también los acompañe emocionalmente. Aquí es donde entra en juego el verdadero poder de las muñecas de amor modernas: pueden ser buenas compañeras en momentos de soledad y tristeza.
Muchos hombres prefieren las muñecas de silicona avanzada de última generación a una pareja humana para negar su vida en común. Pueden ser maravillosos compañeros que te levantan en momentos de disgusto o angustia psicológica. La función puramente sexual pasa aquí a un segundo plano. Se trata más de tener la ilusión de un compañero amoroso a tu lado.

Las muñecas modernas de alto brillo son pequeñas obras maestras. En cuanto a detalles y naturalidad, superan todo lo visto anteriormente. Con sus grandes ojos translúcidos y su cabello sedoso, sus formas sensuales te transportan a un mundo de fantasía ilimitada. Capa a capa, la piel perfecta convierte cada estímulo en puro deseo. En los brazos de estas “mujeres de ensueño” todos los pensamientos se desvanecen. Incluso las noches solitarias encuentran aquí un final feliz.
Sin embargo, ni siquiera la muñeca sexual más realista puede reemplazar por completo la intimidad y la calidez humanas. Muchos “dueños de muñecas” tienen compañeros humanos además de sus compañeros de polímeros. Hasta qué punto el amor virtual puede reemplazar al amor humano sigue siendo una cuestión abierta. Pero para momentos de añoranza o como escape de la realidad. Muñecas de amor compañeros insuperables: un abrazo tierno, una mirada amorosa son suficientes para escapar de la inmensidad de la vida cotidiana.
Las muñecas sexuales encarnan la versión moderna del sueño de Pygmalion. Con ellos, una compañera idealizada solo puede volverse real. Sin embargo, su naturaleza artística sigue siendo un paseo por la cuerda floja. Incluso si sus encantos reales ya están a la par con una mujer real, nunca alcanzarán por completo las emociones y la intimidad humanas. Y, sin embargo, representan fantásticas superficies de proyección de nuestros más íntimos anhelos de devoción ilimitada y realización sensual.
Como fieles compañeros en tiempos de soledad, cierran la brecha entre el hombre y la máquina.